Chile : El pueblo Chono

Publié le 3 Février 2025

Publicado el 29 de julio de 2021

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Pueblo indígena que habitó las islas y canales del archipiélago de Chiloé y la península de Taitao, en el extremo sur de Chile.

Los Chonos ocupaban las islas de la Patagonia occidental. Esta región incluye los archipiélagos de Chiloé y «Chonos» hasta la península de Taitao y el golfo de Peñas. Estos archipiélagos se formaron a partir de las cumbres de la cordillera de la costa sumergida y forman un verdadero laberinto de islas, canales y fiordos. Las 1.047 islas están cubiertas de densa selva tropical, lo que dificulta los desplazamientos por tierra, y hay pocas playas para desembarcar en barco.

Eran expertos navegantes y cazaban leones marinos y aves en sus dalcas.

 

 peninsula de Taitao fb image

 

De Createaccount - Este archivo deriva de: Chile location map (+1998 agreement rectangle).svgsegún educarchile pueblos indígenas.gif, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=29017880

 

Historia

 

Existen pocos datos sobre los grupos que se agruparon bajo el nombre de «Chonos», según la definición acuñada por John Cooper en 1917 y seguida por autores posteriores.

Los relatos de exploradores y sacerdotes de la época colonial hablan de diferentes naciones habitando el territorio canalero, sin que se tenga certeza del número o características distintivas de estos grupos.

En la isla Navarino, los restos de asentamientos humanos encontrados en la zona del canal patagónico tienen 7.500 años de antigüedad.

En la isla de Chiloé, al norte de la isla, estos restos tienen 6.100 años de antigüedad.

A mediados del siglo XVI, la región norte de Chiloé estaba habitada por un pueblo de horticultores y pescadores de lengua mapuche conocido como Huilliche o Cunco. Se cree que llegaron a la región desde el continente unos siglos antes.

Al sur de los Huilliches, en la costa sureste de Chiloé, se encontraban los Payos, que podrían haber sido canoeros aculturados por los Huilliches y parcialmente desplazados hacia el sur.

Las islas Guaitecas y el archipiélago de los Chonos, entre los 44° y 18° sur, estaban habitados en la época colonial por grupos conocidos como Chonos, que se desplazaban continuamente por el territorio y vivían de la caza y la recolección, practicando también el incipiente cultivo de la papa.

En la parte sur de esta zona, más allá de la península de Taitao, existían otros grupos conocidos con diferentes nombres por los cronistas, que para Cooper pueden ser considerados como Chonos dada la incertidumbre de sus características y la similitud de su forma de vida.

Los conquistadores españoles comenzaron a explorar la Zona del Canal en la década de 1550.

La primera expedición que entró en contacto con indígenas de la región fue la de Francisco de Ulloa en 1553 en su viaje al Estrecho de Magallanes. Desembarcaron en un archipiélago llamado Chonos y al sur de este lugar entraron en contacto con los nativos.

En 1557, la expedición española del comandante Juan Ladrillero al Estrecho de Magallanes incluyó en su informe de viaje descripciones de los indígenas de los canales, identificados como Huilis.

La conquista de Chiloé tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XVI. Los conquistadores recibieron tierras y los indígenas, entre ellos los Guaitecos, fueron confiados a su cuidado.

La primera mención de los Chonos data de 1609, cuando el sacerdote jesuita Juan Bautista Ferrufino se refirió al archipiélago de los Chonos y relató cómo había enseñado allí un catecismo.

Tras un periodo de intento de acercamiento entre España y los Chonos, fueron éstos quienes comenzaron a llegar a Chiloé en busca de mujeres y metales y otros objetos durante las incursiones. En represalia, los españoles hicieron lo mismo en las islas Chonos, regresando con prisioneros que fueron utilizados como esclavos y que no vivieron mucho tiempo debido al cambio de régimen.

En 1710, un grupo de 166 Chonos de todas las edades se presentó en el fuerte San Miguel de Calbuco, deseando la paz y vivir entre los españoles. Fueron aceptados, se quedaron y adoptaron el cristianismo.

En los años siguientes, siguieron llegando familias a la región, hasta alcanzar las 600 personas (casi la totalidad de la población). Recibieron la isla de Guar y fueron eximidos de servir a los españoles.

En Guar, eran constantemente hostigados por los cortadores de alerce que se dirigían a extraer la madera en Melipulli (actual Puerto Montt).

Todas las familias menos 4 se dispersaron por el Mar Interior de Chiloé y reanudaron su vida nómada. Los demás se asentaron en lugares tan dispares como Calbuco, Chaulinec y la desembocadura del canal de Chacao, cerca de la isla de Guato.

Hasta finales del siglo XVIII, vivieron de forma seminómada, aunque la agricultura fue adquiriendo cada vez más importancia.

Ellos y los demás indígenas canoeros de Caillín eran los únicos que dominaban la caza de ballenas y el trueque de aceite de ballena por harina y otros productos.

Las crónicas de la época mencionan una disminución del número de Chonos debido a la escasez de mujeres, atribuida al hecho de que el buceo reducía su esperanza de vida.

Hacia fines del siglo XVIII, se consideró que los Chonos habían desaparecido, tras haberse mezclado con otros canoeros de Caillín y haberse casado la mayoría de los hombres con mujeres Huilliches. Sus descendientes adoptaron el estilo de vida común de la población hispano-huilliche de Chiloé.

Durante el siglo XIX, hubo informes esporádicos de canoeros indígenas considerados chonos.

En el siglo XX, un Kawésqar afirmó haber tenido encuentros con ellos.

En 2006, se organizó una expedición al interior inexplorado de la península de Taitao en busca de restos arqueológicos y de Chonos que podrían haber sobrevivido sin contacto con el mundo exterior durante los dos últimos siglos.

Estudios genéticos realizados en Chiloé indican que la población de la isla de Laitec tiene marcadores genéticos diferentes a los de otras poblaciones más septentrionales de Chiloé y similares a los de los pueblos fueguinos, lo que podría ser un indicador de ascendencia chono.

 

Idioma

La lengua chono, de la que quedan pocos vestigios, parece haber estado ligada al kawésqar, del que se postula que es un dialecto.

 

Modo de vida

 

Dalcas (embarcaciones)

 

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Las dalcas eran fundamentales en la vida de los Chonos. Estaban formadas por 3 tablones doblados, uno en el centro y 2 en los laterales para formar una canoa larga y estrecha. Los tablones se sujetaban con cuerdas retorcidas hechas con la corteza triturada de una planta de bambú llamada culeu. Después, se calafateaban con fiaca u hojas de mepoa y se recubrían con corteza de caballa. Se hacía un ancla con piedras y madera.

Cuando el viento era favorable, izaban una vela.

Los cronistas admiraban esta embarcación.

 

Reconstrucción de una dalca en el museo Dalcahue, Chiloé, De Lin linao - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1545463

 

División sexual del trabajo

 

Los hombres se dedicaban a la pesca y caza del lobo marino. Este animal era apreciado no sólo por su carne, sino también por su aceite y grasa, con los que elaboraban una bebida.

Los hombres también tenían que instalar sus chozas en tierra firme, y los más jóvenes cazaban pájaros por la noche deslumbrándolos en sus nidos y haciéndolos caer en las dalcas, donde les disparaban con un palo.

Las mujeres se encargaban de recolectar conchas de roca y conchas marinas buceando. Practicaban esta actividad desde muy pequeñas, en torno a los 3-4 años. Llevaban una cesta en la boca o alrededor del cuello donde depositaban lo que recogían antes de salir a la superficie. Recogían algas, setas, huevos y leña para el hogar.

Los Chonos tenían perros que les ayudaban a alimentarse. Estos perros estaban adiestrados para zambullirse en el mar y sacar peces en redes sostenidas por dos mujeres. Los perros chonos estaban adiestrados para ayudar en la caza y la pesca, y su pelaje peludo proporcionaba fibras que se combinaban con corteza y otras fibras vegetales y se tejían en ropas y alfombras.

Los Chonos no practicaban la agricultura, a excepción del cultivo de patatas y otras verduras en pequeñas huertas en la época prehispánica. En los años siguientes al asentamiento, los Chonos cultivaron un poco de maíz y cebada y criaron algunas ovejas y cabras.

Cuando encallaba una ballena, se aprovechaba su carne, cuero y barbas.

 

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Herramientas y armas

 

Fabricaban lanzas, garrotes y puñales de hueso, hachas y cuchillos de piedra, anzuelos de madera y redes con la fibra de un árbol llamado quantú. Con este árbol fabricaban mantas y cestería. Ocasionalmente utilizaban el arco y la flecha.

Como nómadas del mar, los Chonos se desplazaban de isla en isla sin una base de operaciones. Pasaban la mayor parte de su vida a bordo de sus dalcas, trasladando a toda la familia al lugar donde los recursos eran más abundantes y llevándose consigo todas sus posesiones. Desmontaban los barcos y los llevaban a tierra cuando era necesario.

En sus campamentos temporales formaban viviendas en forma de conos aplanados. Estas estructuras elípticas estaban formadas por una serie de ramas largas y rectas hundidas en el suelo e inclinadas hacia dentro.

Las ramas se ataban en el vértice con fibras vegetales. Los Chonos cubrían el suelo de sus viviendas con ramas secas para protegerse del frío, mientras que la estructura se cubría con hojas, pieles y cortezas para protegerse del viento. Los materiales para techar no eran fáciles de conseguir, por lo que la gente se los llevaba en la dalca cuando viajaba.

Las cabañas tenían una sola entrada pequeña y su tamaño dependía del número de personas que albergaban. La chimenea estaba en el centro para proporcionar calor para calentar y cocinar. Las cabañas no tenían zona para fumadores, lo que las hacía incómodas para vivir. Cuando un grupo de Chonos abandonaba un campamento, dejaba el armazón en su sitio para los futuros ocupantes.

Se dedicaban a criar «perros lanudos», probablemente guanacos, cuya piel se utilizaba para confeccionar la ropa característica de los Chonos.

La carne y el marisco se conservaban ahumados para poder consumirlos en invierno.

Utilizaban pintura corporal para sus rostros : roja, blanca y negra.

No enterraban a sus muertos, sino que los depositaban en cuevas o plataformas rocosas.

La mayor parte del tiempo iban desnudos, con un taparrabos de corteza o algas. En los días más fríos, se protegían en tiendas hechas con piel de lobo marino.

 

Yacimientos arqueológicos de Chonos

 

A finales del siglo pasado, el navegante chileno Enrique Simpson describió los distintos tipos de yacimientos arqueológicos que visitó durante su exploración del territorio chono en la Corbeta Chacabuco:

 «Esta tarde acampamos todos en una meseta de conchas en la costa sur de la isla de Traiguén o Acuau, dentro de un estrecho canal que corre de este a oeste, y que los antiguos chonos llamaban los Guaihuenes, que en su lengua significa Nación del Sur. En toda esta vecindad están estos bancos agregados a la costa, y en mi opinión, son artificiales; pues están aislados como topos y se componen de conchas de todas clases, todas revueltas. Su situación es siempre en lugares favorables al campamento de los indios acuáticos, y por esta razón creo que son conchas de moluscos que ellos comían. Tampoco faltan quienes piensan que son cementerios. El que me ocupa es casi cuadrado, de unos cien metros cuadrados, con una elevación de unos cuatro metros sobre la pleamar, y su superficie es muy regular y está cubierto en la actualidad de hierba y algunos arbustos de calafate y micai» pp:71.

«Anoche, después de una larga e incómoda bogada a causa del granizo que nos cayó encima y del frío resultante, acampamos en el pequeño canal de los Guaiguenes, al SO de la isla de Traiguen, en la misma meseta marisquera del año anterior.

«Describí esta meseta en su momento, dando mi opinión de que no era otra cosa que un cementerio de los Chonos; con esta nueva visita, me cercioré de ello, ya que encontramos algunos huesos humanos, muy destruidos, que sobresalían del frontón, desgastado por el agua. Si hubiera traído herramientas, los habría excavado, pero por desgracia se me olvidaron a bordo. Este hecho es muy interesante, pues existía la idea entre los cazadores de lobos y las pocas personas inteligentes que visitaban estas regiones, de que los antiguos Chonos sólo enterraban a sus muertos en cuevas, acondicionadas como momias y forradas con corteza de ciprés; pero ciertamente dependía de las circunstancias.

«En este canal, donde abundan los mariscos y por lo demás está perfectamente defendido contra los vientos formidables y el mar embravecido, los indios debieron ser comparativamente numerosos, como lo atestiguan éste y otros bancos vecinos de mariscos mixtos; el que me ocupa no tiene menos de 20.000 metros cúbicos» pp:1 19.

«...mi viaje por el canal de Lagreze y de regreso por los de Tuamapu y Amortajado.

«En este último canal, hay una ensenada que he llamado de las Momias, porque contiene en un barranco, a unos dos metros del agua, unas pequeñas cuevas donde se han encontrado los restos de la raza india de los Chonos, de los que sólo quedan algunos fragmentos de hueso, habiendo sido extraídos los huesos perfectos, hace años, por los loberos y vendidos para los Museos» pp:114. (fuente de esta traducción)

 

El fin de una cultura

 

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Se trataba de un pueblo que había logrado adaptarse con gran éxito a entornos complicados y rigurosos para la supervivencia humana. Desgraciadamente, quedan pocos vestigios de su cultura.

Fuentes: wikipedia, museo chileno de arte precolombino, skorpios. Cl, etnias del mundo.com

IMÁGENES en la web Memoria chilena

El artículo en francés

 

Rédigé par caroleone

Publié dans #ABYA YALA, #Chili, #Peuples originaires, #Chonos

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